lunes, 11 de febrero de 2019

Previos

Esta ruta surge, como la mayoría de las que hago, por la afición a la bicicleta, a recorrer zonas nuevas y, sobre todo, a la posibilidad de poder compartir unos días junto a mi fiel escudero... o bien junto a mi fiel señor Don Quijote... tanto monta... monta tanto... el caso es poder disfrutar de la compañía de mi hijo en entornos increibles durante unos días. Eso me recarga las pilas en momentos de bajón de esos que todos tenemos en un momento u otro de la temporada.
Inicialmente él me había planteado la posibilidad de hacer la ruta Ruedas de Lana, pero viendo un poco el tipo de recorrido y los perfiles... como que no me encontraba en mi mejor momento para afrontarlo. Realmente, el final del verano no suele ser el mejor momento para afrontar ninguna ruta de 4 días seguidos por zonas montañosas de la Península Ibérica pero como esta... como que algo menos...
Conocíamos gente que había hecho la ruta que nos ocupa, Pedales de León y nos habían hablado tan bien de ella, del entorno, de lo bien que se come, etc... etc... que nos decidimos finalmente por esta opción y ahi que nos lanzamos. Buscamos información, alojamientos, estudiamos la logística para adaptar las etapas a las distancias más adecuadas que nos permitan pedalear, ver y disfrutar sufriendo lo justo y cerramos las fechas para la última semana del mes de Julio, tras haber pasado más de dos semanas recorriendo Irlanda en plan turista de coche y sin haber hecho mucho ejercicio. Pero... ¿somos tios o que? Pues eso... que nos vamos pa León.
Cambiamos el punto de inicio sugerido (Cistierna) por un pequeño conjunto de casas, Alejico, donde una amiga esta pasando sus vacaciones y pudimos dejar el coche a buen recaudo durante nuestra ausencia.
Así que... nos ponemos en marcha...